Qué mejor propósito de año nuevo que traer un bebé al mundo. Tener descendencia es uno de los sueños de muchas mujeres y parejas, pero no siempre es fácil. No sólo por los condicionantes socioeconómicos, sino también por el actual estilo de vida, a menudo estresante. Sin olvidarnos, por supuesto, de dolencias y condiciones médicas que hacen difícil lograr el esperado positivo en el test de embarazo. Los especialistas en reproducción asistida de Clínicas Eva recuerdan que la fertilidad se puede potenciar mediante un estilo de vida saludable, en el que la alimentación juega un papel importante. La Navidad puede ser una buena época para ilusionarse con la maternidad y con ese fin, los nutricionistas de estos centros nos ofrecen, en primer lugar, las claves para la elección de los productos que van a protagonizar los menús de estas comidas y cenas festivas.

¿Qué nutrientes y micronutrientes aceleran el proceso reproductivo?

La vitamina B es productora de hormonas y muy importante para la fecundación, para la llegada del óvulo al útero y para el desarrollo del bebé. Un alimento rico en vitamina B es el cordero, que, en estas celebraciones navideñas, puede convertirse en el plato principal que adorne la mesa. Asado, al horno y aderezado resulta sabroso y sencillo de elaborar.

Los ácidos grasos Omega 3 son fundamentales para el equilibrio hormonal, el sistema inmunitario y la salud de los ovarios, óvulos y esperma. Entre los alimentos que se recomiendan para la fertilidad se encuentran el langostino y el salmón, muy apropiados para estos días. Este último es un clásico versátil, que, bien se puede ofrecer como plato principal o formando parte de los entrantes. En la primera opción, el horno puede ser también una forma de cocción, sobre todo si se elabora al papillote. Mediante esta fórmula se pueden añadir verduras que aportan jugosidad y elementos antioxidantes.

Estos antioxidantes: protegen las células del cuerpo de los daños causados por los radicales libres, que atacan a las células perjudicando el ADN y las mitocondrias. ¿Dónde encontrarlo? Por ejemplo, en la naranja, la grosella, los arándanos, los frutos secos y las espinacas. Las frutas mencionadas pueden incluirse en los postres, mientras que con los frutos secos y las espinacas se puede elaborar una ensalada entrante a completar según gustos y presupuestos.

Además, tanto esta verdura verde como, por ejemplo, las nueces, contienen fibra, necesaria en el apoyo de la concepción y el desarrollo fetal, además ayuda a evitar los riesgos de desarrollar ovario poliquístico.

El zinc, por su parte, contribuye a la división celular que se lleva a cabo durante el proceso de desarrollo del feto y su carencia puede disminuir la producción de óvulos saludables. Se puede encontrar en carne magra, pollo y marisco. En este sentido, las ostras son buena idea como entrantes, además del mencionado langostino, las gambas o las nécoras.

El ácido fólico, vital para el desarrollo del feto y la prevención de defectos congénitos, está presente en uno de los reyes del marisco, la langosta. También en los canónigos, que pueden complementar pescados y carnes, además de verduras como las calabaza, con la que se puede elaborar una crema, un plato caliente, sencillo y vistoso.

El hierro, por último, es importante, ya que si existen carencias del mismo a principio del embarazo se incrementa el riesgo de sufrir anemia. La carne roja es uno de los alimentos indicados para obtenerlo. En Navidad, el solomillo en particular y la ternera en general son habituales del menú que suelen gustar a toda la familia.

Por supuesto, dos asuntos a tener muy en cuenta, además de cualquier limitación o introducción de nuevos alimentos: adiós al tabaco y al alcohol. Es mejor iniciar la deshabituación a la nicotina, con ayuda médica y con tiempo suficiente que exponer al bebé al síndrome de abstinencia. En cuanto al alcohol, no ocurre nada por tomar una copa de vino o una cerveza, pero, recuerdan los especialistas, no deja de tratarse de una substancia tóxica. Como siempre algo de cheating en la dieta, esto es, saltársela de vez en cuando, funciona como recompensa. La Navidad es una época propicia para ello.