La convivencia ha vuelto a provocar un nuevo conflicto en la casa de Guadalix de la Sierra. En esta ocasión, la compra semanal ha sido el motivo principal de la discusión. Y es que el hecho de contar con un presupuesto limitado suele generar diferencias entre los concursantes. Vanessa pide productos más caros y hace mucho más uso del dinero común, algo que ha hecho estallar al resto de participantes. “Hemos tenido que coger una crema de lotus para ella. Y al final han sido cuarenta y pico pavos solo para ella”, comentaba Luis con Nerea. Pero la pareja no ha sido la única que ha conversado sobre estos ‘caprichos’ y es que Maica y Daniela también lo han hecho en la habitación.

Al difundirse lo ocurrido, Vanessa ha protagonizado un tenso reencuentro con Laura. La mujer de Javi se justificaba, asegurando que hay productos que no quiere o puede comerlos y, sustituyéndolos por otros, es la única forma que tiene de ingerirlos, pero a Laura no le valía su explicación. “Se te compra, pero no una de galleta y una de chocolate”, señalaba. “Yo no puedo comer cereales, con lo cual me cojo una crema de cacao. Punto”, contestaba Vanessa.

Según avanzaba la conversación, las dos iban subiendo cada vez más el tono. “A mí no me grites”, decía Laura. Más tarde, todos se reunieron en el salón para hablar sobre este problema y fueron muchos los que se pronunciaron al respecto. “Lo que ella necesite para su alimentación son unos 50 euros del presupuesto. Justo los que destinábamos para los caprichos individuales”, explicaba Maica.

En ese momento, Ruvens saltaba muy contundente: “"¡Que te has petado el presupuesto! Hay que decir un poquito hasta aquí, por compañerismo", señalaba. En ese momento, Javi apuntaba que "con la salud de una persona no se juega": "Ella no come carne, ella no come pasta, ella no come nada. ¡Tened un poco de corazón! ¡Demostrad eso que tanto decís que tenéis!", explotaba el gallego.

Vanesa aprovechaba la reunión para explicar que padece fagofobia, miedo irracional a comer o a ahogarse con un algún alimento: “No puedo comer alimentos sólidos. Para mí no es un capricho, es una necesidad porque no puedo comer de otra manera los alimentos", sentenciaba.