La hija de María José Galera ha vivido una de las noches más complicadas dentro de la casa de Gran Hermano. Y es que se ha tenido que enfrentar a la famosa curva de la vida. En ella, Laura se ha sincerado como nunca sobre los episodios más felices y emotivos de su vida. La joven dibujaba la línea desde el día de su nacimiento hasta la actualidad. Comenzaba narrando su infancia y hacía un especial parón cuando tenía tres años, momento en el que falleció su hermana mayor. Sin poder evitar las lágrimas, la concursante confesó cómo vivió ese duro trance: “Tenía parálisis cerebral y fue un momento muy duro. Toda la familia cayó y nos hundimos, pero luchamos. Con el apoyo de todos salimos adelante”, recordaba.

Como no podía ser de otra manera, desde el plató, María José Galera, madre de la concursante, se mostró muy emocionada con las palabras de su hija: “Dirá la gente que no somos sensibles, pero es que el dolor se lleva por dentro. Y ya está. No puedo”, decía con la voz entrecortada y sin poder parar de llorar.

Pero la muerte de su hermana no ha sido lo único que ha destacado en su línea de la vida. Por otro laod, Laura también ha revelado que sufrió mucho con el divorcio de sus padres: “Mis padres se separaron y me mudé con mi madre. A los diez u once años mi madre se mudó a México, entonces tomé la decisión de mudarme con mi padre y fue una de las épocas más dolorosas de mi vida", decía. Y es que mientras vivía con su padre, sufrió bullying, algo que le hizo decidir cambiar de vida y mudarse al otro lado del charco con su progenitora.

Más adelante, madre e hija regresaron a España por temas de trabajo. Antes de concluir la línea de la vida, Laura ha querido hacer hincapié en la buena relación que tiene con su madre, haciendo referencia de nuevo a su hermana: “"Sabemos que tenemos un ángel en el cielo que nos cuida. Gracias a ella estamos tan unidas", expresaba.