La relación de pasión y atracción entre Violeta y Edi sigue avanzando a pasos agigantados tras los muros de la Casa de Guadalix. Aunque lo suyo comenzó con un acercamiento de ida y vuelta, el gallego y la madrileña se están dejando llevar sin tapujos frente al resto de sus compañeros. Tanto es así que han protagonizado su primer edredoning dentro de la casa y lo han hecho a plena luz del día, mientras sus compañeros se encontraban en el salón, divisando sus movimientos a través de la pared de cristales que les separa. Lo curioso de este nuevo encuentro íntimo ha sido que se produce apenas unos días después de la hora sin cámaras de la que disfrutaron a petición propia. Un hecho que habla por si solo y que deja entrever la atracción creciente entre ambos.

Todo comenzaba en el jardín donde Edi y Violeta empezaban a besarse apasionadamente y decidían seguir con su intercambio de arrumacos en el dormitorio . Aunque Juan se encontraba durmiendo justo en la cama de al lado, la pareja decidió dar un paso más en su encuentro, pensando que al esatr durmiendo no se iba a enterar. Sin embargo, a pesar de los ronquidos de su compañero de cuarto, Violeta y Edi sí tuvieron un público inesperado en su momento. Óscar, Ruvens, Manu y otros habitantes presenciaban desde el salón la escena de pasión que calificaban entre risas y bromas de un momento “explícito a otro nivel”, como decía Ruvens. En medio del alboroto de los espectadores se unían Adrián y Laura y, entre todos, radiaban con todo lujo de detalles lo que estaba sucediendo: “Ahora es Edi quién está arriba” “Se ha salido…” “Ánimo” les decían.

Comentarios y risas

Una vez terminado el encuentro llegaban los arrepentimientos. Violeta se mostraba arrepentida frente a Edi, quien intentaba quitar hierro al asunto. Sin embargo, una vez comentando la situación con sus compañeros llegaba el enfado de la madrileña. Violeta le preguntaba a Jorge qué era lo que Manu había estado diciendo a sus espaldas. Jorge, tratando de ser delicado y sincero al mismo tiempo le confirmaba: “Aunque parezca que no, se escucha todo. Se ha escuchado: "Me corro, me corro", como si estuvierais aquí”. Una confesión que desataba la ira de Violeta. Un enfado que ni Edi podía evitar.