El 24 de julio se celebra el Día Internacional del BDSM y cada vez son más las personas que se sienten atraídas por dinámicas sexuales que incluyen dominación, sumisión, bondage o juegos de poder. Estos intereses no solo son utilizados como formas de excitación, sino también como herramientas de conexión, comunicación y conocimiento personal. Según encuestas realizadas por JOYclub, el 14% confiesa tener fantasías relacionadas con las actividades mencionadas. Siguiendo la misma línea, un 35% de los cuestionados quiere saber más de juguetes eróticos, elementos muy ligados a estos actos. Esto se traduce en una curiosidad creciente por desconocidas modalidades referidas.

Sin embargo, lo más revelador de este estudio ha sido que, a la hora de abordar la educación sexual y acerca de qué temas quieren ahondar los usuarios, los aspectos más mencionados no fueron técnicas ni posturas, sino habilidades relacionales. Un 53% está profundamente interesado en mejorar el diálogo con sus parejas y dos de cada diez quieren profundizar sobre el consentimiento.

Previo al sexo, es importante “hablar, consensuar, establecer límites”, al igual que es fundamental “comunicarse durante y después del encuentro”. Estos pasos previos son algunas de las materias a tratar antes de sumergirse de lleno en el BDSM, tal y como afirma Cecilia Bizzotto, socióloga, sexóloga y portavoz de JOYclub España. “No es un ‘todo vale’, al contrario: exige mucha más atención, cuidado y presencia que otras prácticas más comunes. Precisamente porque hay un juego de poder, es imprescindible que todo esté previamente negociado”, advierte la experta.

Debemos ir con cautela e informarnos mucho del tema, ya que para muchos el BDSM sigue siendo un terreno rodeado de prejuicios o directamente desconocido. Por eso, contar con datos fiables y acceder a espacios de aprendizaje seguro son dos acciones que resultan clave para quienes desean explorar su deseo sexual a través de un camino libre de estigmas.

“No es de raros o personas con traumas. Todos los estudios indican que la gran mayoría de individuos fantasean con la dominación-sumisión y especialmente las mujeres. La cuestión está en que son pocos los que lo practican de manera consciente, acordada y que disfrutan de estos juegos de rol como un acto de liberación y exploración que, además, permite vivir la sexualidad más allá del coitocentrismo y la heteronormatividad”, sentencia Bizzotto.