Este acrónimo corresponde a las palabras ácido gamma-aminobutírico, un neurotransmisor que te ayuda a mantener la calma. Sí, a controlar los nervios, a apaciguar la tensión interna y a lidiar con situaciones de estrés. ¿Cómo? Regulando la excitabilidad de nuestras neuronas, lo que, a su vez logra aplacar todo el sistema nervioso. Esta inhibición neuronal produce un efecto calmante que nos protege de la ansiedad. Nos relaja, explica desde Neolife, Estefanía Álvarez, lo que conduce a una mejora del sueño. Dormimos más, de forma reparadora y con una mejor transición del estado de vigilia al del sueño. En definitiva, descansamos mejor, lo que redunda en positivo en nuestra salud mental.

Al contener los posibles estados de excitación de las neuronas, el GABA, además, resulta ser un modulador de los espasmos musculares y las convulsiones y los episodios de epilepsia.Los efectos benéficos de esta sustancia química se dejan notar también en la salud física, sobre todo en la cardiovascular, debido a su poder antioxidante y antiinflamatorio. Al inhibir el estrés oxidativo y la inflamación va a proteger nuestro corazón. La diabetes y los lípidos se mantendrán a raya, explica esta nutricionista, cuando el balance entre el ácido gamma-aminobutírico y otros neurotransmisores como el glutamato sea el correcto.

Los alimentos que ayudan a aumentar los niveles de GABA

La alimentación, cuentan los expertos de diferentes centros especializados en medicina antiage, es la clave, aunque son pocos los alimentos que contienen GABA de manera directa. Entre ellos, los tomates, los pimientos y los cítricos. La forma de optimizar sus niveles orgánicos es a través de productos precursores, es decir, que ayudan a su producción.El magnesio es uno de los más importantes y se encuentra en las almendras, las espinacas, los aguacates y el plátano. También se puede obtener mediante suplementación.Por otro lado, los procesos de fermentación de algunos alimentos pueden aumentar el contenido de GABA, a través de sus bacterias beneficiosas. Hablamos del yogur y el miso y los menos conocidos tempeh y kéfir.El té verde, asociado per se con estados relajados, funciona bien en este aspecto, gracias a la L-teanina, que influye en la liberación y la actividad de los receptores de este ácido.

Los expertos, por último, aconsejan acompañar siempre esta alimentación específica para controlar el sistema nervioso con actividades como el yoga, la meditación y, por supuesto, la práctica deportiva.